La historia de Artavasdo: El emperador que gobernó solamente por dieciseis meses
Un buen ejemplo de esto es la sucesión de León III, uno de los mas grandes
emperadores de Bizancio, muerto en 741.
Un buen ejemplo de esto es la sucesión de León III, uno de los mas grandes
emperadores de Bizancio, muerto en 741.
Era este un buen gobernante que accedió al poder cuando era un general famoso en Junio de 813 tras la derrota de Miguel I Rangabé en Versinikia. Durante la batalla el ejército de León el Armenio (que era strategos del thema de Anatolia) se retiró por desacuerdos estratégicos, y luego de la derrota se dirigió a Constantinopla donde sus soldados lo aclamaron emperador y el patriarca lo consagró, dándole legitimidad a su investidura. Como emperador repuso la iconoclastia, convencido de seguir los designios de León III y Constantino V, a quien el pueblo seguía recordando como el mejor guerrero de Bizancio.
Luego de siete años de buena administración, León V tenía asegurada a su dinastía con una única sombra: Miguel el amoriano (de Amorium, en Asia Menor) domestikos (jefe o comandante) de los excubitores, poderosa guardia (tagma) de la capital. Aunque se descubre a Miguel en una conspiración (que tal vez solo fuera una excusa) y es condenado a muerte. La muerte planeada daba muestras de la crueldad heredada de los romanos: sería atado a un poste y arrojado a la calefacción del agua de palacio. Corría el año 820 y era la fecha de Navidad, por lo que la emperatriz Teodosia fue piadosa y rogó al emperador que se aplazara un día la ejecución.León V accedió, pero, intranquilo por el carácter popular de Miguel entre los soldados del tagma de los excubitores, decidió ver con sus propios ojos que el prisionero estuviera en su celda esa noche. Sin embargo Miguel contaba con sus soldados que, igual que sus antepasados los romanos eran absolutamente leales a su general, y entre ellos a uno en especial: Teoctistos, quien se había jurado salvar a su querido general. Este soldado del tagma de los excubitores decide entonces realizar un acto tan osado como peligroso: en el oficio de Navidad a la mañana siguiente, donde el emperador concurre con todas sus galas, se introduce con varios de sus compañeros excubitores entre el coro, cuando el emperador estaba cantando lo rodean y lo matan, luego, cumpliendo la segunda etapa del plan, se dirigen corriendo al palacio, liberan a Miguel, y con este aún encadenado y semidesnudo proceden a proclamarlo nuevo emperador.El patriarca convalidó el acto ese mismo día consagrando emperador a Miguel II el Amoriano, con lo que comenzaba la dinastía Amoriana y la dinastía Armenia moría antes de comenzar, esa misma mañana de navidad de 820.
Nombres Masculinos | Nombres Femeninos |
Alf Ari Asbjorn Asgeir Atli Bersi Bjarni Bjorn Egil Einarr Erik Eysteinn Finn Finnbogi Flosi Gardar Grim Gunnar Gunnjorn Gunnsteinn Hakon Harald Harek Helgi Hrafnkell Ivar Jon Karl Ketill Kodran Kolbeinn Kolli Oddi Olafur Olaf Orn Ottar Sigmund Sigurd Skuli Snorri Solvi Steinn Sturla Styrmir Sveinbjörn Thorberg Thorbjorn Thorbran Thorfinn Thorgeir Thorgils Thorgrimr Thorir Thorkell Thorlak Thorleif Thorsteinn Thorvald Torfi Ulf Vestein | Alfdis Arnbjorg Arndis Arngerdur Arnkatla Arnleif Asdis Asgerdur Asleif Audhildr Audr Bera Bergdora Bergljot Dalla Droplaug Ellisif Finna Fjorleif Frakokk Freydis Geirhildr Geirlaug Goi Gunnhildur Hallbjorg Halldora Hallbera Hallkatla Hallveig Helga Herboga Herdis Hvarflöd Ingibjorg Ingigerd Ingunn Isgerdur Jaddvor Jarngerdur Jora Luta Melkorka Otkatla Ragna Ragnhildr Rannveig Rjupa Sigridur Sigrir Torfa Thordis Thorey Thorhildur Thorhildur Thorlaug Thorlot Valdis Vidgis Vilborg |
Apodos | Algunos vikingos célebres |
audgi (rico) durs (gigante) frodi (sabio) gamli (viejo) godi (sacerdote) hersir (jefe) hviti (blanco) kappi (campeón) kraka (cuervo) mikli (grande) mjöksiglandi (viajero) raudi (rojo) smidur (herrero) spaki (sabio) sterki (fuerte) svarti (negro) | Erik el Rojo Leif el Afortunado Gaulag Lengua de Víbora Harald Diente Azul Harald el Despiadado Harald el Buenospelos Grim el Calvo Knut el Grande Bjorn Costilla de Hierro Ottar el Negro Erik Hachasangrienta Onund el Vidente Ragnar Calzaspeludas Hakon el Viejo Hrolf el Caminante Olaf el Blanco |
... por mucho que se les represente así, los vikingos no llevaban cuernos en los cascos?
... los nombres de los días de la semana en inglés derivan de los dioses vikingos?
... uno de los vikingos más sanguinarios llegaría a ser nombrado santo?
... la mayor parte del año se dedicaban a cuidar de sus granjas?
... la película El guerrero n.13 cuenta en parte un hecho real?
... usaban monedas de otros países por su peso en plata?
... a los trece años ya se les consideraba adultos?
... la peor condena en un juicio era el destierro?
... la vestimenta no tenía bolsillos ni botones?
... llegaron a América en el año 1000?
... durante el verano y el otoño debían almacenar toda la comida que iban a necesitar para el invierno?
... un cronista persa escribió que los vikingos eran "las criaturas más sucias que jamás creó Dios"?
... el actual idioma islandés es el más parecido a la lengua que hablaban los vikingos?
... hay muchas canciones de heavy metal inspiradas en temas vikingos?
... sus rutas comerciales fueron las más grandes de su tiempo?
... las mujeres vikingas tenían derecho a solicitar el divorcio?
... el universo vikingo estaba formado por nueve mundos?
... no se sabe el origen exacto de la palabra vikingo?
... entre ellos solían llamarse por el apodo?
... las bodas las decidían los padres?
... era una descortesía dejar de comer y beber mientras al invitado se les estuviese sirviendo en un baquete?
... el padre tenía la prerrogativa de aceptar o no a su hijo recién nacido?
Los celtas eran entusiastas degustadores de los placeres de la buena mesa. El vino era la bebida de las clases más altas pero el pueblo tomaba corma, que era cerveza de trigo mezclada con miel, muy utilizada en los banquetes, los cuales eran muy frecuentes en tiempos de paz. En estos festines los bardos tocaban sus liras y cantaban canciones sobre trágicos amores y héroes muertos en combate. Para comer utilizaban los dedos y ocasionalmente se acompañaban de un puñal para los trozos de carne difíciles de cortar. Su comida típica incluía cerdo cocido, buey, vaca y jabalí, todo ello acompañado con miel, queso, mantequilla y, por supuesto, corma –cerveza- y un buen vino.
También eran muy aficionados a un juego de mesa llamado fidchell, parecido al ajedrez, aunque se jugaba con estacas. Admiraban la artesanía experta y las hazañas intelectuales –sobre todo cuando se exhibía una prodigiosa memoria-. Tenían el ideal de una sociedad heroica, pero vivieron como prósperos ganaderos y agricultores, ocupados a menudo en el robo de ganado.
En general, como principal característica de su aspecto físico, eran altos de cabellos castaños y ojos grises. La barba larga era común, al igual que los bigotes espesos y caídos. Las mujeres trenzaban sus largos cabellos y a veces lo recogían en complicados peinados, eran generalmente aficionadas en exceso a los adornos, utilizaban collares, brazaletes y pequeñas campanas que cosían en los bordes de sus túnicas. También llevaban capas con dibujos de rayas o cuadros de brillantes colores, quienes tenían mayores recursos las usaban con bordados de oro y plata. Los hombres utilizaban un collar en el cuello llamado torques, que de acuerdo al status social era de bronce, plata u oro.
Se cuidaban en su apariencia ya que la obesidad era algo repugnante para los celtas. "Tratan de no engordar ni de ponerse panzudos", escribió el griego Estrabón, "y ningún joven es perfecto si excede la longitud fijada del cinturón.
Habitaban en aldeas situadas en zonas elevadas para facilitar su defensa en caso de ataque, y se denominaron castros, que los romanos llamaron oppida u oppidum. Estos asentamientos estaban fortificados con paredes macizas de tierra, trabadas interiormente con soportes de madera, y con su parte exterior rodeada por un foso. En el interior se construían chozas adosadas a la muralla, lo cual les proporcionaba una mayor solidez. Las casas generalmente eran de forma circular y se hallaban dispuestas sin ningún orden establecido en la ciudad. Además efectuaban numerosas construcciones de carácter religioso fuera de los límites de los castros y en torno a la naturaleza, por ello vivían muy en contacto con ella. Estos monumentos eran llamados Dólmenes, Menhires, Trilitos, construidos sobre piedra, terminados sobre dos columnas y una piedra grande en forma horizontal que le daba terminación.
Eran un pueblo guerrero por naturaleza, capaces de luchar de manera muy ruda unos contra otros por un insulto o por el simple placer del combate. Las mujeres eran tan belicosas como sus maridos, "toda una tropa de extranjeros sería incapaz de oponer resistencia a un solo galo si éste llamara a su mujer en su ayuda", según advertía el romano Ammianus Marcellinus a sus compatriotas. Esta ferocidad era alimentada por los druidas en tiempos de guerra mediante los citados sacrificios humanos, destinados a impresionar y asustar – como demuestran los cronistas griegos y latinos- a sus enemigos. Pero fueron conquistados por los romanos porque carecían de una estrategia militar, peleaban llevados por su fervor guerrero, a tal punto que tenían la costumbre de pelear sólo con sus armas, un cinturón y su torques.
Sin embargo tardaron años en derrotarlos y nunca pudieron dominarlos completamente porque mantuvieron su cultura viva, su amor a la libertad, a su tierra y sus clanes. Sentimientos que se trasmiten en el arte, los mitos y las leyendas, y de manera muy especial en la música de sus gaitas, un instrumento emblemático de estos pueblos, ya que para poder apreciarla en su plenitud hay que tocarla al aire libre. Los acantilados, ante el escenario inmenso del mar, y las altas montañas son el marco ideal para que su voz, extrañamente alegre y melancólica a la vez, resuene en los valles o en las cumbres e inunde de una dulce placidez el alma humana.
Los bosques y las selvas inspiraban adoración y terror a las tribus célticas porque se las consideraba morada de los dioses. No es casualidad que a los integrantes de la clase sacerdotal se los llamara druidas, palabra de raiz céltica -"derb" y "dru" quieren decir roble- y significa "conocedores del roble" ya que practicaban sus ritos en medio de la espesura de los bosques. Allí celebraban asambleas, sentados en troncos sagrados, desde donde administraban justicia y decidían la paz y la guerra. Por otro lado es una antigua costumbre celta tocar madera ante el anuncio de un hecho ingrato, superstición que tiene su explicación en los robles azotados por los rayos y centellas en las tormentas, que como resultado indujeron a creer que estos árboles debían ser la morada de los dioses, de ahí el ritual de tocarlos cuando el peligro acechaba.
En realidad, el término "druida" hace referencia a una jerarquía - la superior - de las cuatro que existían en la casta sacerdotal de los celtas. Los integrantes de la categoría más baja eran los estudiantes o "amdaurs" (aspirantes a druidas), reconocidos por sus túnicas amarillas. En un orgen de mayor importancia estaban los "vates", que se distinguían por utilizar el color rojo. El grado de mayor categoría no solo se manifestaba en la vestimenta, sino en las atribuciones y conocimientos.
A los "vates" se les debe buena parte de la trascendencia de los mitos, tradiciones, creencias y conocimiento de todo tipo de la civilización celta, ya que ellos eran los encargados de compilarlos para luego transmitirlo al pueblo. Además, practicaban la profecía, estudiaban filosofía, astronomía, medicina, música y oratoria. En una etapa más avanzada, luego de una compleja ceremonia de iniciación, podían usar el color azul, que revelaba que habían accedido al nivel de los bardos. Ellos eran los encargados de amenizar las fiestas y celebraciones recitando, en prosa o en verso, las proezas de los guerreros y de cantar alabanzas a los dioses.
Finalmente, el rango superior, estaban los verdaderos druidas quienes vestían túnicas blancas. Se encargaban principalmente de realizar los sacrificios rituales y familiares y, sobre todo, eran los jueces supremos e inapelables. Era tal el respeto hacia ellos que no necesitaban usar armas para recorrer territorios pertenecientes a varios clanes.
Sus santuarios eran de piedra, organizados en forma circular y sin techo, para ver el firmamento y aún se conservan algunos al sur de Inglaterra, los templos o Dólmenes de Avebury y de Stonehenge, cerca de donde –según la leyenda- fue enterrado el rey Arturo.
Los druidas practicaban el culto a los antepasados, no temían a la muerte ya que creían en la transmigración del alma, y –a pesar de que llevaban a cabo sacrificios humanos- predicaban el valor supremo del Bien. Este fue uno de los motivos por el cual los druidas, y también el pueblo celta, tuvieron "mala prensa" entre muchos escritores y cronistas –fomentada por la falta de tradición escrita de los druidas que hace prevalecer los juicios y opiniones de los griegos y los romanos-, aunque es bueno recordar que los romanos hacían sacrificios humanos en el siglo III a. C.
Uno de los tesoros mas antiguos que se conservan de los monasterios celtas cristianos de Irlanda es el libro de Durrow. Un manuscrito del siglo VII d.C. de 23 x 13 cm. Reproducción de una página conocida como "tapíz" por su parecido con los ricos tapices persas.
Julio César, en su obra, "La guerra de las Galias", manifiesta que "querían persuadir a sus discípulos de que las almas no mueren, fijando que semejante doctrina, seguida de sus corolarios, conduce a la virtud por el desprecio de la muerte". Además de esta particular apreciación, César proclamó el exterminio de esta religión a la que calificó de "bárbara e inhumana". Hay que tener en cuenta que los druidas eran quienes podían haber convertido y animado a estos pueblos a constituirse en una unidad política que, evidentemente, hubiese contrariado las ambiciones del famoso conquistador romano.
Sin embargo, mediante una paciente labor, se ha ido reconstruyendo la historia celta a tal punto que hoy se pueden conocer aspectos bastante puntuales de su cultura.
Una de las principales características que distinguía a la cultura azteca era su afición por los sacrificios. La mitología azteca establecía que debía alimentarse al sol con sangre humana para darle fuerza y que amaneciera todos los días. Los sacrificios humanos se realizaban a gran escala; varios miles de ellos en un mismo día era algo habitual. En ocasiones las víctimas eran decapitadas o despellejadas, arrancándoseles el corazón cuando aún estaban vivas. Los sacrificios se llevaban a cabo en lo alto de enormes pirámides, para estar más cerca del sol, por lo que la sangre se derramaba por los escalones. Aunque la economía azteca se basó principalmente en el maíz, pensaban que los cultivos dependían de la provisión regular de la sangre de los sacrificios.
La demanda incesante de víctimas para sacrificios propició que los aztecas no ejercieran demasiado control en las ciudades satélite, pues al facilitar las frecuentes revueltas tenían una oportunidad para capturar nuevas víctimas. En épocas de paz, se organizaban "guerras florales", como competencias de valor y de artes bélicas, o con el objetivo de obtener víctimas. Luchaban con palos de madera cuyo fin no era matar al rival, sino mutilarlo y dejarle inconsciente. Si la lucha era a muerte, incrustaban cuchillas de obsidiana en los palos.
Las leyes eran muy severas. Como en otras culturas antiguas los castigos eran diferentes según fuera el delito y el rango de quien lo cometía. Generalmente el castigo era más duro si quien había cometido el delito era un funcionario o noble importante. Existía la pena de muerte para los delitos de asesinato, traición, aborto, incesto, violación, robo con fractura y adulterio. En este ultimo caso se procedía a la lapidación aunque la mujer era estrangulada previamente. Los guerreros podían escapar de la pena de muerte aceptando un destino permanente en zona fronteriza.
La embriaguez era considerada delito. Sólo era permitida, en algunas circunstancias, para los ancianos y los guerreros profesionales. El castigo podía ser la muerte o el rapado de cabeza (si era la primera vez que alguien no importante cometía esta falta).